Ayer fue uno de aquellos días lindos, felices y hakuna-matatezcos. En la mañana fui con madre a comprar un árbol de navidad para su oficina, y luego fuimos a mirar una pequeña feria de ropa. No me compré nada (el bikini que me gustó estaba en talla pequeña y muy grande para mí), pero madre se compró un vestido lindo. Almorzamos y nos fuimos cada una por su parte. Ella, donde una amiga y yo, a Los Dominicos Con pololo, daaahh.
Fue una hermosa tarde. Paseamos un rato por el pueblito, estuvimos por ahí en la plaza de Los Dominicos, luego fuimos a buscar otra placita y estuvimos ahí un buen ratito. Aprovechamos de pasear a Albahaca la menta y a Menta la albahaca, mis nuevas mascostas adquiridas en el Pueblito y de echarnos un rato a flojear. Fue como de esos ratos que pasaba en la universidad echada en el pasto de deportes o entre el hall central y Comercial, pero sin tener el deber de ir a clases después.
Al ratito, bajamos a una plaza por ahí en Gral. Blanche con esa otra calle cuyo nombre no recuerdo a ver la puesta de sol. Cuando volví a mi casa, no había nadie más que Mitón, a quien aproveché de presentarle a las nuevas mascotitas de la casa. Luego, llegó madre y hermano y fin del día.
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